Jornada 9, Saint-Malo, Omaha Beach, Cementerio del desembarco de Normandía, Honfleur, Fécamp y Abbeville

Miércoles, 12 de Noviembre de 2008

Tocaba volver dirección Bélgica (el vuelo de regreso era el jueves por la tarde desde Charleroi) pero nos quedaban un montón de cosas por ver que no nos queríamos perder.

Saint-MalóEmpezamos con las primeras luces del alba para pasear por las murallas de Saint-Malo. El entorno es precioso, tanto la costa que rodea las murallas como las calles y plazas de intramuros merecen más tiempo del que pudimos dedicarles.

Una vez hechos todos los petates y cargados en el Mercedes (¡con nivel!) nos dirigimos a una cita con la historia, a la playa de Omaha Beach, una de las que sirvieron para que los americanos, junto con los aliados de la II Guerra Mundial, pudieran tomar Normandía y, desde allí, reducir el ejercito nazi.

La playa no tiene nada de especial, aunque en el paseo que conservan restos de lo que fueron las trincheras de la ametralladoras alemanas y algunos carteles y esculturas conmemorativas.

Cementerio de NormandíaAún así, intenté imaginar lo que sucedió en la playa por la que ahora yo paseaba tranquilo en aquel momento del desembarco (si habéis visto el comienzo de la película de "Salvar al soldado Ryan" os podéis hacer una idea) y me conmocioné durante unos instantes.

Después de abandonar la playa, me empeñé en visitar el cementerio. Se trata de suelo americano ya que Francia lo cedió a los USA. Ni Dani ni Juan quisieron que los cachearan, pero a mi me daba igual, y quería ver el museo… doy fe que merece la pena y, total, el registro ya lo sufres en cada aereopuerto.

Para descargar del ambiente bélico nos dirigimos a Honfleur y Fécamp, dos lugares que nos había recomendado una guía (catalana, creo recordar) en nuestra visita al Monte de Saint-Michel.

Se trata de un par de ciudades costeras y pesqueras que quedan separadas por el río Sena (no exactamente, en realidad la rivera oriental no es Fécamp, si no Le Havre, pero están cerca). Para llegar de una ciudad a otra, sin dar un rodeo de casi cien kilómetros hay que cruzar el Puente de Normandía, magna obra de ingeniería que cruza por el estuario del río y desde el que se disfrutan unas vistas impresionantes.

FecampEn Fécamp pude disfrutar de la playa (no, no me metí, claro), seguramente por última vez este año ya que ni me ha tocado el gordo ni na'. El sonido de las olas desgastando las sólidas piedras (no son cómo las de Almuñecar, son piedras de tamaños de puños) era relajante. Así que nos sentamos en el frío suelo y nos dedicamos unos minutos a disfrutar del momento.

Para terminar el día, otra chupa de kilómetros para buscar un sitio para dormir. Fuimos a parar a Abbeville donde cenamos bien y dormimos medio decentemente por muy pocos euros.

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Jornada 8, Rouen, Le Bec, Alençon, Le Mont-Saint-Michel y Saint-Malo

Martes, 11 de Noviembre de 2008

Abadía de Le BecDimos otra vuelta más a Rouen por la mañana antes de marchar. Habíamos tenido la ocasión de disfrutar de sus calles la noche anterior, y nos habíamos quedado con las ganas de verlo de nuevo todo con la luz del día… y mereció la pena, la verdad.

Con la impresión dejar atrás la ciudad más bonita desde que salí de Madrid, nos acercamos a la Abadía de Le Bec (Le Bec-Hellouin), remanso de paz y tranquilidad en la cual la torre de San Nicolas emerge sólida. Está situada en un pueblo diminuto (no debe llegar a 500 habitantes) por el que pudimos pasear apaciblemente, y es que el tiempo (estábamos teniendo una suerte del carajo) acompañaba para esparcirse. Los pocos ábades que queden por aquí tienen que darse la vida padre en este entorno.

Tras abandonar Le Bec nos dirigimos a Alençon, ciudad mediana, unos 30.000 habitantes, y que contaba con el palacio de justicia, ayuntamiento y demás todo junto, por lo que apenas paramos a estirar las piernas unos minutos para ver los alrededores.

Domfront fue el siguiente destino, donde aprovechamos para parar un rato, pasear por el pueblo y buscar un parquecito apacible para comer, aunque pasamos un poco de frío.

Saint-MichelAhora sí íbamos algo más rápido ya que queríamos llegar a las cercanías del Monte de Saint-Michel con luz natural…y mereció la pena. Ver la silueta recortada del monte sobre las aguas del Atlántico impresiona. Se trata de una abadía (en honor a San Miguel, el de las cervezas) que está levantanda sobre una isla a la que las mareas bajas permiten llegar a pie y las altas "aislan" el peñón (aunque hoy en día, la carretera elevada permite el acceso siempre).

Luego, dentro de la fortaleza, las callejuelas empedradas son un centro comercial puro y duro, lo que le hace perder el encanto. La parte superior de la misma es una iglesia a la que (por suerte para mí) llegamos tarde para poder visitar.

Comiendo crepes en Saint-MaloFinalmente llegamos a Saint-Maló para buscar sitio para pernoctar. Se trata de una villa costera, ya en la región de Bretaña, con una porción amurallada (intramuros). Por suerte dimos rápido con un hostal apañadito y ajustado de precio, bastante céntrico además.

A pesar de ser una población muy turística, a eso de las diez de la noche estaba todo prácticamente cerrado y encontrar algún sitio para cenar fue imposible. Con regocijo por mi parte tuvimos que recurrir a un puesto callejero de crepes dulces (de chocolaaaaaaaaaaaate) y dejamos la visita del grueso de la ciudad para la jornada siguiente que prometía ser maratoniana.

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Jornada 7, Lille, Amiens, Forges-les-Eaux, Lyons-la-Fôret y Rouen

Lunes, 10 de Noviembre de 2008

Otra vez madrugando (tampoco invitaba el hostal a quedarse mucho más) y a correr para ver todo lo posible.

AmiensComo Lille lo habíamos visto la noche del domingo (preciosa la plaza) no nos entretuvimos apenas y nos dirigimos rumbo a Amiens que, como todos los sitios tenía la catedral más… lo que sea de Francia. Esta vez parece que con razón, y es que la de aquí es impresionante, un mastodonte de piedra, trabajado a cada centímetro y muy bien conservada, puedes tirarte horas y horas admirando cada detalle, gárgolas, puertas y esculturas.

AmiensDespués de Amiens, paseo imprescindible por Forges-les-Eaux, villa pequeña de la Alta Normandía con numerosos jardines. Destaca, además de por su casino, por su entorno, la pena es que en la época del año que hemos venido no estuviera en todo su explendor.

Antes de llegar a Rouen pasamos por Lyons-la-Fôret, por su mercado (hecho de carpintería) y nos acercamos a ver el castillo… otro castillo más, la verdad.

Rouen sí que merece realmente la pena. Ciudad preciosa, su abadía, su catedral, las iglesias, el palacio de justicia, el Gros Horloge (reloj astronómico), la Torre y Iglesia de Juana de Arco, el Bourgtheroulde… 

RouenEn esta ciudad (tiene algo más de 100.000 habitantes) encontramos (buscando en un ciber) al fin un lugar para dormir de categoría. Con vistas a la catedral, televisión LCD, aseo impecable… ¡y además barato!

Item más, el dueño del hotel-hostal era un hombre muy amable así que, aunque no entendíamos ni "papa" de lo que decía, conseguimos enterarnos de dónde dejar el coche y qué sitios ver cerca y demás.

Volvimos a recurrir al kebab para cenar (la opción más barata) y, a pesar de ser lunes, había ambiente por la calle, incluso a las diez de la noche así que, bien era ciudad universitaria con marcha (tipo Salamanca) o el martes era fiesta, porque estos franceses no me habían dado la impresión de ser de salir mucho…

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Jornada 6, de Amsterdam a Bruselas, Amberes y Lille

Domingo, 9 de Noviembre de 2008

Recogimos los bártulos rápido, hicimos el check-out de la cutre pensión y nos despedimos de Amsterdam en un día con sol y nubes.

Apenas cambió el clima en el viaje en tren a Bruselas que Dani se pasó roncando ("las vacaciones son para dormir", sic).

AtomiumUna vez allí nos dispusimos a alquilar un coche que habíamos reservado otra vez previamente por internet. Esta vez salió cara. No pudieron darnos el coche reservado (uno pequeño) porque no lo tenían en stock y tuvimos que "conformarnos" con un Mercedes Clase A la mar de majo y amplio, muy amplio, ideal para alojar todo el equipaje que llevábamos encima.

Ya motorizados nos dirijimos al Atomium que nos había quedado pendiente de visitar en nuestra primera estancia en la capital belga debido a su lejanía del centro. La pena es que fuera domingo y hubiera unas colas para entrar que daban vueltas… así que nos conformamos con verlo desde fuera.

AmberesAntes de cruzar la frontera nos quedaba Amberes por visitar. Bonita ciudad con su castillo y su resultona plaza, que presidía la estatua del gigante al que le arrancan la mano (da nombre a la ciudad, Antwerpen – mano lanzada), por ser malo con los barcos del río. También pudimos asistir en directo a una especie de desfile-chirigota de una banda de música que salía de la catedral.

Finalmente cruzamos la frontera francesa, rumbo a Lille para buscar sitio donde dormir. El dueño del cutre-hostal, que recordaremos por su precioso papel pintado de las paredes, ni papa de inglés, y ningún atisvo de que puediera hablar despacio el francés (esto, es habitual por aquí). Con mucho esfuerzo conseguimos hacernos entender y disfrutamos de una habitación digna de un capítulo del "Cuéntame".

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Jornada 5, Amsterdam.

AmsterdamSábado, 8 de Noviembre de 2008

Después de la jornada del Viernes, que había sido intensa, apenas nos había dado tiempo para ver Amsterdan, dar una vuelta y ver el ambiente del barrio rojo.

Así, después de devolver el coche (el menda) y mirar en un Cybercafé dónde alquilar el próximo vehículo ya en Bruselas (Dani y Juán), reservamos el Sábado entero para disfrutar de Amsterdam.

AmsterdamLa mejor manera de conocer una ciudad es patearsela, pero como aquí los que van en el coche de San Fernando son los turistas nada más y es tan grande, pues qué mejor que alquilar una bicicleta, que es como se mueve la mayoría de la gente por aquí.

¡Ojo! Que aquí no se frena con palancas en el manillar, hay que pedalear hacia atrás para detener la bicicleta. Semejante mecanismo, al que uno no está acostumbrado, me costó la primera caída. Intenté coger impulso para subir un bordillo y, claro, al darle hacia detrás, frenazo y guarrazo, todo uno.

Aunque mi intención era llegar hasta el Amsterdam Arena (estadio de fútbol del Ajax), preguntando, preguntando… me acabaron diciendo que quedaba muy muy lejos (vamos, como van a tener que ir los del Atleti cuando se cambien a La Peineta, o más) y que mejor aprovechara para ver cosas cercanas al centro (donde estábamos alojados).

AmsterdamAsí y todo le hice kilómetros a la bici, una vez hecho al peculiar sistema de frenado, por lo que me dio tiempo a ver muchas cosas, e incluso hacer unas pequeñas compras para mi hermana y para José.

Comimos casi pedaleando y apuramos al máximo el tiempo de alquiler así como las horas de luz.

Relatar todos los sitios que vi y visité no tiene mucho sentido. Sólo decir que, gracias a la bici, que permite desplazarse mucho mejor, Amsterdam es más que Barrio Rojo y canales, mucho más.

Para terminar la jornada fuimos a tomar unos refrigerios y, al ser Sábado, sí se notaba la masiva afluencia de gente.

Y es que parecía que el Barrio Rojo se había multiplicado por dos. Recorrimos casi por completo las callejuelas y recobecos, detrás de cada uno de los cuales ejercían impresionantes mujeres (lo de impresionante, tanto para lo bueno como para lo malo, que conste).

AmsterdamLlama la atención la manera en que está montado. Las mujeres están en unas minúsculas salitas-escaparates con puerta de cristal  hacia el exterior (con ribetes rojos iluminados, lo que confiere el color a la zona). Si hay "feeling" entre cliente y prostituta, abren la puerta y negocian el precio del trabajo a realizar, todo tan natural.

A las dos de la mañana el ambiente y la marcha se apagaban y sólo algún borrachillo daba una voz más alta que otra así que nos fuimos a nuestra "suite" para por la mañana tomar rumbo a Bélgica de nuevo y de allí a la Normandía francesa.

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Jornada 4, Gouda, Kinderdijkt, Delft y Leiden

Gouda - AyuntamientoViernes, 7 de Noviembre de 2008.

Bien temprano regresamos a Sloterdijk a por el coche y pusimos en seguida rumbo a Gouda (sí, como el queso, originario de aquí). Es una ciudad muy bonita y que tiene un canal que rodea la zona centro que hay que visitar. La plaza, con el ayuntamiento antiguo y la casa de pesas es lo más destacable. Por cierto, tuvimos suerte y la encargada del ayuntamiento había vivido en Ibiza muchos años por lo que le resultó agradable recibir visita española y nos dejó acceder a las salas donde nos contó curiosidades del sitio.

Aprovechamos también para hacer la compra de la comida en una tienda de barrio muy cuca con un tendero la mar de amable que nos recomendó cositas ricas ricas.

Molinos de KinderdijktAntes del almuerzo nos dió tiempo a llegar a Kinderdijkt, famosa por albergar numerosos molinos, y es que esta preciosa villa del sur de Holanda cuenta con más de una docena de ellos, de distintos tipos y usos.

Encontramos en sus cercanías, además, cuidados carteles explicativos que informan de su funcionamiento y otras curiosidades. Muy recomendable, si venís por aquí, no dejéis de visitarla.

DelftSe nos hacía de noche y aún nos quedaban por visitar dos prometedores ciudades: Delft y Leiden.

Mereció la pena andar con algo de prisa y, aunque llegamos a ambas ciudades con apenas luz natural, la iluminación de las ciudades, sus edificios y monumentos está perfectamente cuidada para que toda observación sea espectacular. A destacar una preciosa zona de Leiden donde se ponía a caldo a los españoles por un quítame allá esas guerras.

Pena de frío y chiriviri que fue constante al final de esta jornada, pero bueno, es lo que tiene el clima de estos parajes.

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Jornada 3, Muiden, Volendan, Alkmaar y Harlen

MiulenJueves, 6 de Noviembre de 2008.

Empezó el día con cachondeo porque en el lugar donde fuimos a recoger el coche de alquiler contratado nos decía que la empresa intermediaria no había confirmado el pedido. Después de unas cuantas llamadas telefónicas, de %$&#@ en todo lo que se meneaba y más, tuvimos suerte y el encargado nos ofreció un Fiat que tenían disponible, bastante majo y por un precio ajustado. También comprobé que el inglés y el francés aquel del instituto me servían para algo y, después, que se me da bastante mal manejar el embrague de un coche de gasolina.

Una vez en marcha nos dirigimos a Muiden, un castillo que encontramos al norte de Amsterdam. Al ser el primero con el que topábamos nos llamó la atención sobremanera, luego te das cuenta que hay bastantes y todos son parecidos, con todo, merece la pena pararse a observarlos.

El primer destino turísito sería Volendam villa preciosa con todos los tipismos holandeses. Canales, casas estrechas y altas, unifamiliares, sin cortinas, de madera y pintandas de verde, cuidados jardines… etérnamente verdes.

Volendam - EdamEs común que los nombres de pueblos y ciudades acaben en -dam. Dam, significa dique y normalmente viene precedido por el nombre del río, por ejemplo, Amsterdam viene de Amster + Dam (dique del Río Amstel).

Después saltamos a Alkmmar, ya ciudad mediana (casi 100.000 habitantes) pero que conservaba su casa de pesas (edificio que encontramos en la mayoría de villas) y un mercado del queso que por infortunio no atinamos a cuadrar en fecha.

Para finalizar el día visitamos Haarlem, con su molino de viento, sus canales y sus tulipanes, que delataban su origen neerlandes.

Vuelta a Amsterdam, siempre haciendo caso al GPS, a Sloterdijk, estación de cercanías con Parking vigilado, por si las moscas, ya que nos habían advertido de lo complicado e inseguro de aparcar en la capital. Una vez aquí de nuevo, a cenar y a la cama, que queríamos aprovechar el viernes a tope para ver más ciudades holandesas.

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Jornada 2, de Bruselas a Amsterdam

AmsterdamMiércoles, 5 de Noviembre de 2008.

Abandonamos el hostal de Bruselas, temprano para coger tren dirección a Amsterdam. Por 40 fiyus, un tren peor que el AVE pero mejor que los regionales te lleva a la capital holandesa en algo menos de tres horas.

Una vez allí, a localizar el hostal (cutre, aunque Dani y Juan decían que los había mucho peores, vaya tela) llamado White Tulip desde la Estación Central. Si en Bruselas todo el mundo habla inglés, en Amsterdam se dan la mano, así que no fue difícil preguntar y llegar sin problemas al lugar.

Una vez instalados (sólo había un par de personas más en la habitación) salimos a dar una vuelta. El clima era el típico de allí, no llovía pero la humedad hacía que todo "llorara" y las calles estuvieran permanentemente mojadas. Fuimos a los sitios típicos que nos quedaban cerca del hostal, el Barrio Rojo y echar el ojo a los Coffee Shops de la zona. También a comprar algo para comer y después a tomar algo a uno de los pubs cercanos donde, para ser sincero, no había gran animación.

Para terminar el día fuimos a buscar un ciber, ya que teníamos que alquilar coche al día siguiente porque queríamos visitar las ciudades de los alrededores. Una vez hechas las tareas, a dormir, que al día siguiente tocaba madrugar de nuevo.

La impresión que me había dejado el centro de Amsterdam era la de ser la zona de la ciudad para estudiantes, prácticamente todo gente joven, la gran mayoría desplazándose en bicicleta (esto sí llama la atención) y a su bola, Amsterdam, tomando tintosin que parezca que se interrelacionen demasiado. Los pubs, publicitando sus "happy hours" (a horas muy muy tempranas) y todos los partidos de fútbol de las ligas española, inglesa y holandesa, aunque esta última, con menos tirón. El Barrio Rojo, visto un miércoles noche, me dio un aspecto de área marginal, impresión que me cambió el fin de semana que también salimos por aquí, pero ya habrá otro post para hablar de esto más adelante.

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Jornada 1, de Fuenlabrada a Bruselas

Bebiendo del Martes, 4 de Noviembre de 2008. Amanecer temprano, a eso de las 4,30 para aprovechar bien el día… bueno, y también porque el vuelo era a las 7,30 y aún tenía las maletas a medio hacer.

José nos acercó a Barajas (gracias, majo) y de ahí en un par de horas nos plantamos en Bruselas, más concretamente en Charleroi, de donde fuimos en autobus a la capital Belga.

Desayuno con gofre (con chocolate, como sólo lo piden los turistas según parece) para hacer un descanso en el camino hacia el hostal. Según nos acercábamos ya fuimos viendo algunos puntos importantes de la ciudad y, sobre todo, concienciándonos de estar en otro pais, otra forma de vida, que, aunque europea, es otra cultura.

Dejamos los macutos en el hostal y nos fuimos a ver cosas y a comer… en un vietnamita, muy rica la comida, y abundante. A 7 fiyus el menú y a 5 fiyus la botella de agua. En seguida me di cuenta de porqué la gente come sin bebida en estos lares.

Visitamos un montón de sitios, sin obviar, claro, el Manneken Pis famoso, al parecer símbolo de Bruselas como el toro de osborne o el abanico lo es nuestro. Sinceramente, es una estatua diminuta y poco resultona, pero bueno…

Después de patearnos la ciudad enterita, volvimos en metro al nuestro alojamiento provisional. Éste tenía una sala común con cocina, mesas, internet,… vamos, que estaba bien montado. Así que nos preparamos la cena aquí y después de una tranquila sobremesa, a la cama. Amsterdam nos esperaba al día siguiente.

 

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Vía email…

Escenario: Juan se cae mientras echaba una carrera y se araña en la rodilla. Su profesora, María, se lo encuentra llorando al borde del camino. María lo abraza para confortarlo.

Año 1977: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue jugando.

Año 2007: María es acusada de perversión de menores y se va al paro. Se enfrenta a tres años de cárcel. Juan se pasa cinco años de terapia en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María, en paro y endeudada, se suicida tirándose de un edificio. Cuando aterriza, lo hace encima de un coche y también rompe una maceta. El dueño del coche y el dueño de la planta demandan a los herederos de María por destrucción de la propiedad. Ganan.

Telecinco y Antena 3 producen juntos la película y definitivamente el plató de los informativos ya queda emplazado en medio de la calle.

Escenario: Se pelean un niño blanco y un niño negro por llamarle chocolate.

Año 1977: Se dan de tortas se levantan y cada uno a su casa. Mañana son amigos

Año 2007: Tele5 envía a sus mejores corresponsales. Antena 3 prepara un reportaje de esos de a fondo donde un gran equipo de periodistas pasan un día en un colegio con niños. Se emiten programas documentales sobre pandilleros y odio racial, las pseudo juventudes hitlerianas fingen revolucionarse al respecto y el Gobierno instaura nuevas leyes y le pone un piso a la familia del negrito.

Escenario: Relación habitual entre padre e hijo:

Año 1977: Le pido dinero a mi padre para salir.

Año 2007: Mi padre me pide dinero para apaciguar al banco.

Escenario: llega el 28 de octubre..

Año 1977: Llega el día del cambio de horario de verano al horario de invierno. No pasa nada.

Año 2007: Llega el día del cambio de horario de verano al horario de invierno. La gente sufre trastornos del sueño, depresión y amenorrea.

Escenario: El fin de las vacaciones.

Año 1977: Después de chuparse una caravana del copón con toda la familia metida en un seiscientos tras 15 días de vacaciones en la costa, se terminan las vacaciones. Al día siguiente se trabaja y no pasa nada.

Año 2007: Después de volver de Cancún, en un viaje todo pagado. Se terminan las vacaciones y la gente sufre trastornos del sueño, depresión y seborrea.

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