Nos despertamos en nuestra preciosa casa rural de Pandiello en un día completamente nublado.
Llueve muchísimo y mientras desayunamos (¡riquísimo!) leemos en el diario noticias de heridos en la ruta del Cares así que posponemos nuestra aventura en el desfiladero.
Con ayuda de nuestro anfitrión y la guía que tenemos de las vacaciones replanteamos el día y nos dirigimos hace el Valle de Cabuérniga.
Nuestra primera parada después de kilómetros de bellos paisajes y muchas, muchísimas curvas es Carmona. Antes de entrar en el pueblo hay un mirador estupendo que, a pesar de las nubes, nos deja disfrutar en su mayor amplitud de todo el valle.
Carmona es un pueblo muy tranquilo y muy cuidado donde además encontramos varias tiendas y talleres de artesanía destacando sobre todas el trabajo en madera.
Después de dar un paseo interrumpido de nuevo por la lluvia volvemos al coche con dirección al Valle del Saja. En cuanto a la calidad de los paisajes no le va a la zaga al de Cabuérniga. La carretera que tomamos muere en Bárcena Mayor.
De este pueblo se dice que es cuna de Cantabria. Lo sea o no es el pueblo más bonito de todos los que llevamos vistos. Además, hay bastantes tiendas (turismo bien explotado) de artesanías y productos típicos así que aprovechamos para hacer una compra de sobaos y otros productos como embutidos y bebidas (23€).
Para hacer cierto el «rumor» de que en el norte se come calidad y, sobre todo, cantidad pedimos para comer en un restaurante cercano al río (26€) una cazuela de alubias, unos entremeses y una tabla de embutidos de caza, jabalí y ciervo. Es tanta la cantidad que nos ponen que no podemos tocar apenas la tabla de embutidos así que nos la llevamos para hacer bocadillos que seguro que nos viene bien.
Tras dar un largo paseo para intentar digerir la comida nos ponemos rumbo al sur. Sin rumbo fijo damos con Argüeso donde encontramos un castillo restaurado. En él hay exposiciones (4€) y organizan eventos. Otra forma de rentabilizar infraestructuras y llamar al turismo.
Aunque es tarde y estamos cansados no quiero dejar pasar la visita a Liérganes que ya visité hace años con Víctor y Arancha por recomendación del padre de ella. Allí recuerdo la historia del hombre pez y damos cuenta de un chocolate con churros (9€).
Volvemos a nuestra casita rural después de estar todo el día danzando y haciéndo kilómetros (40€). Mañana nos espera otro día agitado si finalmente podemos ir al Cares.