Sábado, 7 de Noviembre de 2009.
Para la jornada del sábado teníamos programada una salida en 4×4. Lo que en principio me parecía un paripé para «impresionar» al turista resultó de lo más divertido e interesante.
Esta vez nos tocó compartir ruta con unos catalanes (sí, la mayoría de turistas somos españoles) y tuvimos la suerte de tener un conductor de lo más cachondo que nos amenizaba la ruta con sus relatos, ocurrencias y… !hasta se bajaba del coche en marcha y lo dejaba conducir solo!
La ruta aunque larga no se hizo nada pesada pues los paisajes eran impresionantes. Después de un puñado de kilómetros por carreteras maltratadas por la climatología nos llegamos hasta un claro en el bosque, a pies del lago donde pudimos hacer una especie de barbacoa y asado (vamos, lo que viene siendo una calbotá) bien regado por el vino patagónico que parece que, esta vez sí, convenció a Titi.
Repetimos paseo en canoa, esta vez nos salvamos del temporal por instantes ya que nos cogió en pleno desdenso hacia el hostal. Allí solo teníamos tiempo para recoger el equipaje y dirigirnos al aereopuerto y es que teníamos que recuperar el día perdido en Iguazú.
Volamos a El Calafate sin mayores problemas. Nos esperaba una árida estepa, más frío y un hostal moderno con una habitación con una altillo.
Echamos un vistazo al fútbol, a La Liga española desde 15.000 km de distancia y al sobre.