Después de la capea tuve otro par de fin de semanas moviditos con el cumpleaños de Alex, la celebración de boda de Crespo y Sonia y el cumpleaños de Josete (a ver qué sale en el análisis de sangre que me hice entre medias 🙂 )
Del cumpleaños del Gran Mago Josete tuve que salir casi corriendo y es que tocaba madrugar, rumbo a Donosti previo paso por Alpedrete. Llegamos a la hora de los pintxos, quedamos con Itxaso y andando para el Casco Viejo a disfrutar de la gastronomía de San Sebastián. Para hacer la digestión unos gintonicos y para cenar, a la «¿Mejillonera?» donde estaba Silverter Stallone tras la barra. Después de cenar Fran puso velocidad de crucero (cual bar de Leire en Burgos) así que acabamos más mal que bien, paseando un sofá por medio San Sebastián, cantando saetas, y en el ZM («Antro donde sólo van prostitutas en su día libre y guardas civiles retirados», colega de Nacho dixit).
Aún así no nos despertamos muy malamente (pobre Ixaso que tenía que madrugar y pillar el bus para Bilbo) y nos fuimos a hacer un poquito de turismo tranquilo a Zarautz y Getaria donde comimos como señores. Para la cena nos unimos a los compañeros de piso de Nacho (grandes anfitriones) y preparamos unos pescados y empanadillas al horno para aligerar un poco.
El martes aún nos dio tiempo a subir al Monte Igeldo en el funicular y disfrutar de unas estupendas vistas de la concha y la costa occidental de San Sebastián. Muy recomendable.
A la tarde vuelta a casa y es que el miércoles nos esperaba Madrigal de la Vera.
En Madrigal la Semana Santa es especial. El viernes no se celebra la pascua si no el «Independence Day» o «Día del Patxarán» y a fé que lo celebré. Tanto que morí y resucité (a las 3 a.m.). Pongo por testigo de ello a mi sufrimiento esta semana… y a unas cuantas personas que se lo pasaron bien (eso dicen) con mi estádo etílico. No vuelvo a beber.