Viernes, 7 de Noviembre de 2008.
Bien temprano regresamos a Sloterdijk a por el coche y pusimos en seguida rumbo a Gouda (sí, como el queso, originario de aquí). Es una ciudad muy bonita y que tiene un canal que rodea la zona centro que hay que visitar. La plaza, con el ayuntamiento antiguo y la casa de pesas es lo más destacable. Por cierto, tuvimos suerte y la encargada del ayuntamiento había vivido en Ibiza muchos años por lo que le resultó agradable recibir visita española y nos dejó acceder a las salas donde nos contó curiosidades del sitio.
Aprovechamos también para hacer la compra de la comida en una tienda de barrio muy cuca con un tendero la mar de amable que nos recomendó cositas ricas ricas.
Antes del almuerzo nos dió tiempo a llegar a Kinderdijkt, famosa por albergar numerosos molinos, y es que esta preciosa villa del sur de Holanda cuenta con más de una docena de ellos, de distintos tipos y usos.
Encontramos en sus cercanías, además, cuidados carteles explicativos que informan de su funcionamiento y otras curiosidades. Muy recomendable, si venís por aquí, no dejéis de visitarla.
Se nos hacía de noche y aún nos quedaban por visitar dos prometedores ciudades: Delft y Leiden.
Mereció la pena andar con algo de prisa y, aunque llegamos a ambas ciudades con apenas luz natural, la iluminación de las ciudades, sus edificios y monumentos está perfectamente cuidada para que toda observación sea espectacular. A destacar una preciosa zona de Leiden donde se ponía a caldo a los españoles por un quítame allá esas guerras.
Pena de frío y chiriviri que fue constante al final de esta jornada, pero bueno, es lo que tiene el clima de estos parajes.
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