Tati se casa. Para celebrarlo nos fuimos a Madrigal con Fran, nos atamos con una cuerda y bridas (de mala calidad) y nos tomamos un par de tintos y unas copillas aderezadas con tapas y suculentos manjares del Tombru.
Aunque lo intentamos llamando a los pelochos, nos fue imposible encontrar una meretriz (o puta) así que se quedó sin strip-tease.
Bebimos, comimos, bailamos, cantamos y reímos. También nos dimos un bañito en la garganta y disfrutamos del retiro de El Molino… algunos apoyados en un arbol algunas horas.
A última hora de la noche coincidimos con una amiga que también estaba de despedida de soltera, lo que nos permitió presenciar el ritual de caza de la gacela thomsom en vivo.
¡¡Y nos queda la boda!!