El viernes, con motivo de la cena-celebración de fin de temporada del Zalameros B fuimos a Madrigal a pasar el día. Salimos de Madrid después de comer dejando atrás las negras nubes de lluvia y llegamos a Gredos con el cielo muy despejado y con una temperatura agradable que animaba a los valientes a probar las frías aguas de La Garganta.
Así que Medina, Paco (Bertín), Goyo, Osquitar y un servidor, en remojo. Distrutando de la inmaculada claridad del agua, nadando contra-corriente y sintiendo la fuerza de Alardos.
Después vinieron un pequeño vía crucis de tintos con limón y botijos, su cenita, unas copichuelas, unos futbolines… pero eso ya es otra historia.