Ídolos en pantalón corto

Cuando eres un seguidor acérrimo de cualquier equipo de fútbol, baloncesto o similar, el admirar, tener en estima e incluso coger cariño a algún jugador de su escuadra puede verse como algo normal, es consecuencia casi directa. Dar un paso más e idolatrarles es peligroso y al final solo trae problemas.

Haciendo memoria (ojo que es puñetera) durante mi infancia, cuando uno no tiene uso de razón ni cultura ni nada de eso que viene después, solo veía y oía sobre el Real Madrid. Como todos los niños del barrio (algún triste había del Atleti, qué se le va a hacer) creo que llegué a sentir admiración por Martín Vázquez y luego Fernando Hierro… a este último supongo que sólo hasta que le oí hablar… madre mía.

Luego, en mis años prepúberes me acerqué a la fe verdiblanca y la abracé. Cuéllar, Márquez y Sabas… recuerdo aquellos jugadores que fueron los que se ganaron mis simpatías… pero no los idolatraba, hasta que llegó Alfonso Pérez Muñoz… ¡el crack! Con este sí que cogí fijación.

En baloncesto las cosas fueron más directas, en la infancia ni me interesaba y cuando le cogí el gustillo me hice estudiantil (no sé por qué, antimadridismo supongo…) y flipaba con Alberto Herreros (… y con Ignacio Azofra, el gran Nacho).

Por todos es sabido, y si no, os lo cuento, que Herreros (aka Pesetero$) dejó el Estudiantes para formar parte de la plantilla del eterno rival, el Real Madrid de Baloncesto y Alfonso (aka "el 21") dejó al Betis en segunda para ir a vertir la elástica Blaugrana. He ahí el peligro de la idolatría, los jugadores a los que admiras con vehemencia se van alegremente pero tú… ¡no vas a cambiar de equipo!

Ley de vida es que cuando unos se van lleguen otros a cubrir su hueco. Denilson y Azofra ocuparon ese hueco dejado por los primeros aunque ya nada sería igual.

Ahora cuando veo a la gente sufrir por las más que posibles marchas, por los euros, de Carlos Jiménez (Estudiantes) y Joaquín (Betis) no me sobresalto lo más mínimo. Ni antes los tenía en un pedestal ni ahora les voy a odiar (son los pasos lógicos para los aficionados, por otra parte). Solo les deseo suerte y como mercenario del trabajo (soy informático, ya asumí mi rol) solo les deseo lo mejor en el suyo. Para ellos, tristemente, pasiones como el fútbol y baloncesto son solo eso, puro laboro.