Estos días pasados, entre el 16 y el 19 de Febrero se ha disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid la Copa del Rey de Baloncesto. Los cuatro días más emocionantes e intensos del calendario anual del baloncesto español se iban a vivir en Madrid, no era pues ocasión que perderse.
Nos hicimos con las entradas hace más de un mes, cuando aún el Estudiantes contaba con remotas posibilidades (al final fue no) de clasificarse para la misma. Finalmente Akasvayu Girona (afición entre la cual nos sentamos), Gran Canaria, Unicaja Málaga, Joventud, F.C. Barcelona, Real Madrid, Pamesa Valencia y TAU Vitoria fueron los ocho equipos que disputaron el campeonato.
El jueves, en el primer partido, el Pamesa se impuso al Akasvayu: Avdalovic y Dikoudis se bastaron para eclipsar a todas las estrellas del Girona. Para mí, primera sorpresa (esperaba algo más de los patrocinados por la inmobiliaria) y para algunos, el fin (algunos compañeros de grada ya no volverían a pisar el Palacio). En el segundo partido empezaba a animarse más aún la grada, los animosos hinchas del Unicaja Málaga llevaron a su equipo en volandas hacia la victoria sobre el Gran Canaria, no menos respaldado desde el graderío que los primeros. Brown y Garbajosa no defraudaron y se mostraron como las estrellas consagradas que son. Ya teníamos la primera semifinal para el sábado: Pamesa – Unicaja.
El viernes comenzó el Baskonia a pasar el rodillo. ¿Primera víctima? El DKV Joventud. Splitter, Erdogan, Scola, Prigioni, Hansen, David… no falló ninguno. El equipo de Aito fue digno rival pero se me antoja lejos del nivel de los vitorianos (¡qué pegadizas canciones para animar!) por el momento. Rudy no está al nivel exhibido hace unos años (extraña sentencia para un joven jugador) y ni Bennet ni Huertas pudieron hacer nada. La Penya nos dejaba huérfanos de una gran afición (justo a nuestras espaldas con apoyo estudiantil). Después, gran sorpresa y disgusto (el antimadridismo, que gran sentimiento que une a tanta gente 🙂 ). El Real Madrid de Boza se merendaba al Barcelona de Ivanovic. Rakocevic le ganaba la partida a Navarro. Los blancos estuvieron varias veces contra las cuerdas pero si algo tiene el equipo de Maljkovic es que no se rinde y va a su ritmo siempre. Remontaron y ganaron. A destacar lo soso de ambas aficiones y el grueso del Palacio silvando a los blancos (caso Hamilton, caso CJ, centralismo y capitalidad…). Segunda semifinal: TAU Vitoria – Real Madrid… ¡vaya!
Sábado. Primera semifinal. Esto va en serio, Timinskas y Garcés con Harrington y Stepp consiguieron que el Pamesa ganara al campéon Unicaja presentando así más seria su candidatura al título. Herrmann y Brown no pudieron sostener solos al equipo malagueño, ¿por qué a Garbajosa se le encoje la mano en estos grandes partidos? Gran ambiente de aficiones, charangas a ambos lados. ¡¡Ruidoooooooooo!!
Sábado: Segunda semifinal. Poco dura la alegría en casa del rico. Ante el Real Madrid, el Baskonia fue superior de inicio a fin, defensa y ataque. Otra vez Erdogan, que venía de un discreto papel en la liga regular, las metió de todos los colores y Scola y David volvían a mandar en la pintura. Pablo P seguía dando un recital de asistencias y Felipela$ salía desquiciado con cinco faltas en el tercer cuarto.
Domingo: La gran final. Me comentaba un amigo que en una casa de apuestas por internet pagaban al Pamesa 3 a 1 (12 a 1 al comienzo de la competición) lo que reflejaba cláramente que el favorito, Baskonia, tenía todas las de ganar y no se salieron del guión. Un principio fulgurante (5-26) hizo creer que sería un partido fácil para el TAU. Nada más lejos de la realidad. El Pamesa despertó tarde pero despertó y se fué echando encima del equipo de Perasovic, a la vez que los hinchas del Pamesa recuperaban protagonismo sobre los vitorianos. El "síndrome Herrero$" se padecía en el Palacio. No había uñas suficientes para todos y lo sucedido en la final ACB del año pasado hacía que 10 puntos fueran poca renta que disfrutar tranquilos para los baskonistas. Finalmente Scola, Splitter, la mano caliente de Erdogan y Pablo Prigioni (el auténtico director de orquesta) consigueron que el TAU Vitoria se alzara con la Copa del Rey en detrimento del Pamesa Valencia. ¿Quién sabe lo que hubiera pasado sin esos cinco primeros minutos fatídicos?
Hermanamiento de aficiones (baskonistas cantando "¡Pamesa, Pamesa!" y valencianos haciendo lo propio), recogida del trofeo por parte del capitán (futuro NBA) Scola y corte de la canasta de Pablo Prigioni (MVP de la Copa) echaron el cierre a la 70ª edición de la Copa del Rey que 13.400 personas (según acb.com) disfrutamos en el Palacio. Gran fin de semana del Baloncesto.