Como decía esa canción de Los Petersellers fuimos a Segovia a comer lechón (cochinillo).
El pasado viernes 3 de Noviembre aprovechamos que me debían unas horas extras (que no, que en la informática no las pagan, con suerte se compensan) y Nacho libraba para desplazarnos a la ciudad castellano-leonesa que, es cierto, pilla a un paso de Madrid.
En la capital hacía un día de perros, lluvia aunque no frío, pero en Segovia no caía ni una gota y el Sol pugnaba por asomarse entre las nubes de un cielo en su mayoría cubierto.
El caso es que después de dar mil vueltas con el coche (el centro es todo peatonal, tiramos de Parking) vimos el Acueducto, la Catedral y, a lo que íbamos, comimos lechón. El sitio elegido fue El Bernardino previa reserva que nos ofreció un menú degustación bastante apañado a base de judiones y cochinillo, con tarta de ponche de postre, por 20-24 euros, os lo recomiendo.
Pingback: Kodro <::> Javi » Comida de confraternización anti-régimen